Mi veintitres de noviembre.
Mi día favorito del año.
Porque yo lo elegí, porque me dio la gana y punto.
Ya pasó una hora con ocho minutos, me saludaste hace una hora (feliz veintitres de noviembre, vainita) y me pides que la pase contenta aunque esté sensible, aunque me moleste por tonterías. Los últimos años me saludaste primero, sin importar que no fuera mi cumpleaños. Porque no importa que no te guste tanto la canción que te acabo de pasar, sé que soy una exagerada y sé que sí te emocionas por las cosas que yo quiero. Sino no hubieran 23 tan perfectos hoy.
Hace un año, estaba tan dopada que no pude escribir una entrada bonita. Me meti tantas pastillas que me caía. Las piernas no me respondían, como tantos otros días. (Aunque ese será tema -extenso- de otra entrada, wuuuuu) Pero apareciste y me volviste a la realidad, como siempre. Me salvaste de caer una vez más, o de caer más. Hiciste el viaje interprovincial y llegaste.
Hace dos años era 2008, recién nos conocíamos, recién te comentaba acerca de mi veintitres de noviembre. Esto por msn. Te parecía raro, extraño pero no tonto. Luego en el café. Y el sábado viendo en tu cuarto el papelito que nos escribimos ese primer día del café.
Hoy 2010, saltaré, bailaré y reiré en mi 23 de noviembre favorito.
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