encontrarla a ella, traerla a casa, cuidarla, darle un espacio en mi cuarto, regarla
en la foto, su amiga,
también los helados de chocolate,
y el baile y la bicicleta estacionaria,
How i met your mother,
y los cigarros y la sopa ramen mientras la veo,
volver a San Marcos a veces,
las películas que se compran allí y el yogurt y la desfachatez,
ahora también la Católica y sus cafés,
el maquillaje a las 8 de la mañana,
y los intentos por no despeinarme,
por no quebrarme,
pero está y hay que aprender,
el año nuevo vendrá con menos piedras en la cabeza,
con menos peso en la mochila,
como bien dijeron ellas.
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